viernes, 6 de junio de 2025

Ni mentiroso ni cobarde: a los miembros de la Asociación de Amigos del Museo Arqueológico de Jerez y del Centro de Estudios Históricos Jerezanos

      Le pedí al amigo que suele mandarme los insultos que Miguel Ángel Borrego Soto y sus colegas suelen dedicarme en las redes sociales que se abstuviera de hacerlo. Ha incumplido su promesa y me ha enviado este pantallazo en el que Diego Bejarano Gueimúndez, arqueólogo, encargado de comunicación del Centro de Estudios Históricos Jerezanos responsabilidad en la que me tomó el relevo y actual director de la Asociación de Amigos del Museo Arqueológico de Jerez me llama "mentiroso y cobarde". No tengo más remedio que replicar y, al mismo tiempo, realizar un aviso a los miembros de estas dos asociaciones. 

Mentiroso, dice. Pues no. En esta agria polémica que desde hace años se ha establecido entre Borrego Soto y el autor de estas líneas, polémica motivada (lo expliqué aquí) por aquella presunta intromisión que según él yo y otros colegas realizamos en esa "propiedad intelectual" suya que son los restos de la mezquita aljama de Jerez, no he mentido absolutamente en nada. NA-DA. El que sí ha mentido, gravemente y de manera reiterada, es Miguel Ángel Borrego al acusarme de haber hecho apropiación intelectual de aportaciones científica de otras personas; primero del arqueólogo Gonzalo Castro y luego de él mismo. En este blog he demostrado de manera tajante que se trata de embustes, recurriendo incluso a transcribir palabra por palabra aquellas partes de la conferencia del arabista que según él yo habría plagiado. Me parece vergonzoso que, con las pruebas por delante, siga sin reconocer que ha mentido con el mayor de los descaros para salirse con la suya y pasar como lo que no es, una víctima, cuando en realidad nos encontramos ante un verdadero "macho alfa" que pretende erigirse en cabeza de la manada investigadora.

Cobarde, afirma. ¿Por qué, por no realizar un artículo científico contestando la sarta de barbaridades que enlaza Borrego sobre Santo Domingo en ese lamentable texto que la Real Academia de San Dionisio ha tenido a bien publicarle? ¡Pero si ya le contesté! Miren ustedes, ese artículo es un refrito de los textos que él fue publicando en su blog, y también en Diario de Jerez, a raíz de su ocurrencia de que la qubba de Santo Domingo que dibujó Van den Wyngaerde debía de ser un depósito de agua o un molino de aceite, no un lugar de culto. Y esos textos YA FUERON CONTESTADOS POR MÍ en este blog, justo en los enlaces que ahí les dejo de nuevo.

Volviendo a la qubba de Santo Domingo (I)

Volviendo a la qubba de Santo Domingo (II)

De despistes, yerbajos y otras malas hierbas

Sobre la orientación de la primera iglesia de Santo Domingo

El Llano de San Sebastián es Cristina, o un debate que no se debería haber producido

A palabras necias...

No hace falta volver porque todos y cada uno de los argumentos de Borrego son de debilidad extrema y muy fácilmente rebatibles. En esos enlaces están ampliamente replicados. ¡Incluso hoy mismo alguien me ha enviado hoy una captura de la conferencia que ayer impartió José Manuel Moreno Arana sobre la Cofradía del Rosario en la que ciertos datos vuelven a corroborar cuál era la topografía de la Nave del Rosario en 1525!

Es que no hay más vuelta de hoja: fuentes gráficas y fuentes escritas coinciden, y a su vez estas encajan con lo que sabemos sobre las qubbas almohades, sobre la arquitectura andaluza en los primeros tiempos de la reconquista y sobre el uso de morabitos en Andalucía para configurar iglesias improvisadas. Todo lo demás es un monumental lío que ha montado Borrego Soto partiendo de una confusión suya, Llanos de San Sebastián con Plaza Aladro; lío que no tiene otra intención que poner en duda todo lo que aporté sobre Santo Domingo en su momento. Bueno, de paso presenta la fortificación almohade estudiada en su día por sus amigos Rosalía González, Paco Barrionuevo y Laureano Aguilar como una obra mudéjar (¡castaña pilonga!), pero eso lo debe considerar "daños colaterales" que le importan poco frente al objetivo principal: desprestigiar a un investigador que él siente que le hace sombra en sus desmesuradas ansias de liderazgo.

A los miembros del Centro de Estudios Históricos les hago saber algo que me parece de enorme relevancia. Hace pocos años me entrevisté en una cafetería de la calle Porvera con cuatro colegas. Creo que no hay problema en decir sus nombres: Fernando Aroca, Javier Jiménez, José Manuel Moreno Arana y Pablo Pomar. En ella se habló de una situación personal que me estaba haciendo pasarlo francamente mal. En ningún momento se habló del CEHJ. Días más tarde, Juan Antonio Moreno hermano de José Manuel se encontró con Diego Bejarano, y por azares de la conversación le comentó que yo había tenido una "reunión secreta" con varios historiadores el arte. Lo sé porque me lo ha contado el propio Juan Antonio. Pues bien, ¿saben ustedes qué dato absolutamente falso se le hizo llegar a la cúpula del Centro de Estudios Históricos Jerezanos? ¡Que yo había congregado a esas cuatro personas para presentar una candidatura alternativa a la dirección del CEHJ y "echar a los arqueólogos" de la misma! Supongo que no hace falta que les diga que JAMÁS SE ME HA PASADO POR LA CABEZA presentar candidatura alguna para sustituir a la actual que encabeza Francisco Barrionuevo. Ni por asomo. Menos aún en esa charla de la cafetería en la que se habló, en exclusiva, de algo que para mí era infinitamente más importante que presentar alternativas a algo, el CEHJ, que en su momento quise cambiar desde dentro; sin éxito alguno, por cierto, porque en cuando percibieron mis intentos por renovar una institución que a mi entender necesita un verdadero soplo de aire fresco, Juan Félix Bellido y Miguel Ángel Borrego Soto torpedearon mis propuestas hasta obligarme a renunciar.

A los miembros de la Asociación de Amigos del Museo Arqueológico de Jerez quiero hacerles saber que estoy deseando volver a colaborar con ellos, que estoy a su disposición en cualquier momento sin cobrar un euro, y que si en los próximos años no van a contar con mi presencia no será en absoluto porque yo no quiera ni pueda, sino porque al señor Diego Bejarano no le va a dar la realísima gana. Mientras siga como director, tengan por seguro que permaneceré vetado. ¡Y quién sabe cuántas personas más! Anoten de paso la lista de los nombres con los que sí se cuenta y podrán formar un mapa mental del "quién es quién" en un mundillo en el que muchos corren a "echar una meadita" en los primeros restos arqueológicos que aparezcan para advertir a los demás que ellos los vieron primero. Y claro, mientras yo escriba sobre mudéjar no pasa nada, pero si lo hago sobre ese Jerez andalusí que les pertenece, la cosa cambia.

Sí, esto hay que dejarlo bien claro. Mi ausencia y la de otros numerosos investigadores (¡e investigadoras!) en esta y otras instituciones jerezanas SE DEBE ÚNICAMENTE A LA VOLUNTAD DE LAS PERSONAS QUE LAS DIRIGEN, que piensan mucho antes en fortalecer grupúsculos de poder muy distintos entre sí, a veces profundamente enfrentados, que en ofrecer a la ciudadanía un verdadero panorama de lo que ahora se está haciendo en la ciudad en el campo de la historia, del arte y de la cultura. Salimos perdiendo todos, menos los que aspiran a ser líderes.

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