miércoles, 22 de septiembre de 2021

La pintura mural sí se está estudiando

Se celebra estos días en la Sala Compañía el Congreso internacional Una realidad poliédrica y multifuncional: la ciudad a finales de la Edad Media y durante la Modernidad. Agradezco a los organizadores haberme concedido el honor de contar conmigo para realizar las visitas guiadas al Alcázar y a San Juan de los Caballeros. 


La tarde de hoy se abría con una conferencia de nada menos que la profesora Magdalena Valor Piechotta titulada “Cambios y permanencias en las ciudades de la Baja Andalucía: la conversión de mezquitas en iglesias”. Al término de la misma se estableció un turno de preguntas moderado por el profesor Raúl Romero Medina. Alguien hizo notar el interés de conocer las modificaciones de los espacios culturales en función de los diferentes cambios en la liturgia que se han ido realizando. Romero replicó que alguien sí lo había hecho: la profesora Teresa Laguna en torno a la aljama sevillana convertida en catedral. Cierto. Lo que el moderador sabe perfectamente, pero se reservó para sí, es que ese tema ha sido y sigue siendo ampliamente estudiado por nuestro colega Pablo Pomar Rodil en Jerez de la Frontera, y que –por centrarnos en la conversión de mezquitas a la que hacía referencia la conferencia–, Pablo firma junto con Javier Jiménez un magnífico artículo que analiza el caso de la Iglesia Colegial de nuestra ciudad. Aquí va el enlace al texto.

San Juan de los Caballeros. Capilla de la Jura.

Más tarde alguien hizo referencia a los restos de los recubrimientos pictóricos de nuestras iglesias medievales. Raúl Romero añadió que era una pena que nadie los hubiera estudiado. Estupor por mi parte, porque él es por completo conocedor de que esos restos son más numerosos de los que se suele decir y de que estos han sido y siguen siendo estudiados. Por mí mismo y por otras personas. Pedí la palabra y empecé a desgranar cuáles son esos testimonios –también avisé de las investigaciones de Pablo Pomar sobre liturgia–, pero mi intervención fue cortada por los organizadores por falta de tiempo. Permítanme hacer uso de este blog para hacer una relación de esa bibliografía que existe, y que con toda seguridad el señor Romero Medina conoce, en torno a los antedichos restos pictóricos.

Me centro sobre Jerez de la Frontera y el círculo gótico-mudéjar vinculado a esta urbe, no sin antes citar la gran referencia global que es la tesis doctoral de Carmen Rallo Gruss, Aportaciones a la técnica y estilística de la pintura mural en Castilla a final de la Edad Media. Tradición e influencia islámica, Fundación Universitaria Española, 2002. En los casos en los que los haya podido localizar, incluiré enlaces para la descarga.

Santa María de Arcos de la Frontera. Coronación de la Virgen.

Los testimonios más importantes son los de Santa María de Arcos de la Frontera, tanto por el mural de la Coronación de la Virgen hoy trasladado a la nave del Evangelio como por los fragmentos que siguen estando detrás del retablo mayor. Fue Enrique Romero de Torres quien los presentó en su integridad en su Catálogo Monumental de España, provincia de Cádiz. Todavía hoy el volumen II es el único lugar en el que podemos ver –gracias a un interesantísimo dibujo– el conjunto en su totalidad, no solo el fresco mariano. Sobre este último tienen sendos artículos César Pemán (Archivo Español de Arte, nº 11, Madrid, 1928, págs. 139-154) y, más recientemente, Rafael Cómez Ramos (“Pintura medieval arcense”, en I Congreso de Historia Ciudad de Arcos, 2003, págs. 341-355).

San Lucas. Capilla Villavicencio. Fotografía de José Contreras.
 

Sobre las pinturas de la bóveda de la capilla de Lorenzo Fernández de Villavicencio en San Lucas, las primeras que han sido conocidas por los investigadores, llamó la atención por primera vez Manuel Esteve en su conocida Guía oficial de arte. Pomar Rodil realizó las primeras fotografías. Luego yo mismo hablé de ellas en el catálogo de la exposición Limes Fidei (descarga), en el cual también presenté dos hallazgos sorprendentes: las pinturas de la bóveda de la capilla mayor del Divino Salvador de Vejer de la Frontera, que descubrimos en una visita varios investigadores encabezados por José María Guerrero Vega, y las que se encuentran detrás del retablo mayor de San Marcos, vistas por primera vez en muchos siglos por Javier Jiménez y por mí mismo gracias a una iniciativa de mi colega y a la generosidad del entonces párroco Antonio López Fernández.

 

El Divino Salvador, Vejer de la Frontera.

Seguidamente vino la gran revelación: la bóveda de la capilla de la Jura, recinto cuya restauración fue dirigida Guerrero Vega y cuyas pinturas fueron sacadas a la luz por Agustín Pina Calle. Y más adelante el propio José María, ojo avizor, descubrió las pinturas murales que esconde la cal de la capilla bautismal de San Mateo, estudiadas por mí mismo en aquella monumental publicación colectiva sobre la citada parroquia (descarga).

Por otro lado, Guerrero Vega se acerca a la totalidad de estos testimonios jerezanos en su relevante tesis doctoral Espacio y construcción en la arquitectura religiosa medieval de Jerez de la Frontera (s. XIII-XV), publicada en 2019 y globalmente el paso más importante que se ha dado en la reivindicación de este patrimonio.

 

Santa María de la Rábida.

Volviendo a salir de Jerez, pero siempre centrándonos en templos en los que intervino el taller jerezano, hay que señalar el estudio de Elisa Pinilla sobre La Rábida (Pinturas medievales de La Rábida. Su conservación, Huelva, 1976). La autora estudia también su claustro, pero de estos espacios no vamos a hablar porque el tema gira en torno a las iglesias –de todas formas, ténganse presentes los referenciales estudios de Pedro José Respaldiza sobre San Isidoro del Campo–. 

 

Sanlúcar de Barrameda. Nuestra Señora de la O.


Nos queda Nuestra Señora de la O de Sanlúcar de Barrameda. Este mismo año Fernando Cruz Isidoro se ha acercado a las pinturas del siglo XV descubiertas hace algunas décadas en sus pilares (descarga), mientras que Antonio Romero Dorado ha estudiado tanto estas como los vestigios tras el retablo mayor –al igual que en San Marcos de Jerez y en Arcos de la Frontera, hubo allí un retablo mural italogótico con elementos mudéjares, posiblemente de los mismos autores– en una tesis doctoral que está a punto de leerse; esta última circunstancia también la conoce de primera mano Raúl Romero Medina. Por descontado, están los trabajos sobre Sevilla de un José María Medianero Hernández –tesis doctoral sin publicar: a este creo que sí le citó–, de un Rafael Cómez –San Juan de la Palma–, de un Álvaro Dávila-Armero del Arenal –Capilla de la Quinta Angustia en La Magdalena– o de un Fernando Gutiérrez Baños –Virgen de la Antigua–. Insisto en que me limito al círculo de Jerez.

 

Museo Arqueológico Municipal. Fragmento de zócalo de vivienda.


Permítanme añadir que el firmante de estas líneas tuvo la oportunidad de realizar algunas reflexiones sobre toda esta ornamentación con motivo de La Pieza del Mes del Museo Arqueológico Municipal en septiembre de 2019, que giraba en torno a un fragmento de pintura mural gótico-mudéjar de un inmueble de la Plaza de San Lucas (enlace). Desdichadamente, por motivos de espacio hubo que reducir de manera muy sensible el contenido. Dentro de pocas semanas el texto se presentará en su integridad como apéndice de una publicación que he preparado sobre todo el gótico-mudéjar jerezano. 


A tenor de lo expuesto, y con independencia de lo muchísimo que todos tenemos que avanzar en estos estudios, afirmar en un congreso que los restos pictóricos medievales de nuestras mezquitas convertidas en iglesias no han recibido atención en las publicaciones científicas resulta, como mínimo, una inexactitud. Decirlo delante de una de las personas que sí los ha estudiado, y hacerlo desde el conocimiento de que esos estudios y los del resto de nuestros compañeros existen, quizá requiera otro calificativo que dejo a juicio del lector.

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